Los proyectos más sorprendentes a nivel mundial del año que se fue. Las obras que sobresalieron en Buenos Aires. Además, quiénes son los profesionales preferidos en el mundo de la arquitectura y la construcción.
12 de enero de 2020
Tres dimensiones es una ventana de la arquitectura, el diseño y los temas urbanos en la sección Spot. Nació en la contratapa de la sección Ciudad y viene publicándose desde hace casi 10 años. Su nombre hace referencia al espacio, aunque en el caso del terreno de la arquitectura podría incorporarse una cuarta dimensión, la del tiempo que genera el recorrido; u otras, muchas veces no menos importantes, como la dimensión simbólica.
Como este es el primer encuentro, se considera que vale la oportunidad para hacer un breve repaso arquitectónico de 2019. Seguramente el hecho que produjo mayor conmoción fue el incendio de la catedral de Notre Dame y así lo reflejaron las tapas de los diarios y los portales del mundo entero. Una obra que sin duda es patrimonio de la humanidad y que abrió fuertes debates sobre cómo restaurarla.
En nuestro país también algunos temas patrimoniales tomaron impulso. Por fin se abrió la licitación para recuperar la Casa del Puente proyectada en Mar del Plata por Amancio Williams; y, además, el Parador Ariston de Marcel Breuer, ubicado también en la misma ciudad y prácticamente al borde del colapso, fue declarado Monumento Histórico.
En 2019, los arquitectos del mundo demostraron una vez más su capacidad de invención ilimitada. El edificio más desopilante lo diseñó el francés Jean Nouvel quien nos sorprendió con el Museo Nacional de Qatar, un edificio que él mismo lo explica diciendo que evoca la cristalización de la rosa del desierto. Realmente, es rarísimo.
Lo siguen esa dupla de construcciones neoyorquinas: The Shed de Scofidio + Renfro, con su alucinante caparazón móvil; y The Vessel, de Thomas Heatherwick, un insólito monumento a la escalera con forma de canasto. También ambos, rarísimos.
Por acá también hubo nuevas construcciones significativas, bastante menos estridentes, pero con algo de esa sensatez y sobriedad que nos caracteriza. La Torre Macro de César Pelli en Catalinas Norte y el edificio para el Banco Santander de Urgell-Penedo-Urgell (UPU) casi frente a Parque Lezama fueron dos de esos eventos de gran importancia. La de Pelli, con sus suaves curvas y gran elegancia, es una de los últimos edificios que viene a completar la “isla de torres” de Catalinas Norte.
Por el contrario, la obra de UPU afirma que también se pueden hacer oficinas contemporáneas completando una manzana y, además, apostando con su fuerte presencia a colonizar el Sur porteño.
Otras perlitas: se terminó Cero + Infinito, de Rafael Viñoly, un edificio para la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales en Ciudad Universitaria; y se inauguró el Edificio Zetta, de Machado & Silvetti, el primero del complejo Polo Dot, en General Paz y casi Panamericana. Los dos edificios fueron proyectados por estudios de arquitectos formados en la Universidad de Buenos Aires, que tuvieron gran reconocimiento en el exterior y que volvieron con el anhelo de hacer aquí grandes proyectos.
Fuente: Clarín