Estudiantes del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) en México desarrollaron una pintura que absorbe luz natural o artificial para después reflejarla, capaz de iluminar su entorno sin utilizar energía eléctrica.
Jessica Ramírez, Sofia Montaño, David Ramírez, Brando Valera y José Manrique forman parte del equipo de estudiantes que lograron concretar este desarrollo mediante el uso de nanotecnología y compuestos orgánicos. A partir de este material crearon la empresa Armonett Pinturas. “Nuestra pintura aún se encuentra en etapa de investigación y desarrollo, por lo que aún no estamos comercializando” dicen y aclaran que “no sustituye al foco convencional, sino que será un complemento para el ahorro energético”.
Los jóvenes buscan la reducción del consumo de electricidad y el impacto en la huella de carbono. Una ventaja de esta pintura biofotoluminiscente, es que puede alcanzar una duración de hasta 15 años, además de que al no utilizar organismos vivos bioluminiscentes, reduce los costos de producción.
El grupo de estudiantes investigó para un proyecto escolar la funcionalidad de absorber la energía lumínica de los rayos UV y reflejarla a través de una pintura. Al iniciar su proyecto, los alumnos ganaron una beca para diseñar un prototipo. Luego ganaron el segundo lugar en el Energy BM Challenge y otra beca para la incubadora de empresas del ITESM.
A partir de allí “diseñaron un plan de negocios para formalizar el proyecto y buscaron participar en concursos para darse a conocer” explicó Brando Valera, director de marketing de Armonett.
Con este desarrollo, este grupo de jóvenes obtuvo el Premio Santander a la Innovación Empresarial 2018.