Pinturas Colorín aportó el color para la obra “Zona virtual” de la artista cordobesa Romina Castiñeira

Colorín apoyó la creación artística de Romina Castiñeira, la reconocida artista plástica cordobesa que ganó el Premio Escultura Olmos-CIMCC. Premio que otorga Patio Olmos junto con la Cámara de Industriales Metalúrgicos y de Componentes de Córdoba y el Museo Emilio Caraffa.

 

21 de enero de 2019

 

Desde el pasado 13 de diciembre de 2018 en la Sala 4 del Museo se pueden ver los cuatro proyectos seleccionados de la primera edición del Premio Escultura Olmos-CIMCC con la intención de estimular la producción escultórica de artistas jóvenes de la provincia. El jurado conformado por Luciana Lamothe, Marta Fuentes y Fernando Farina, otorgó menciones a los proyectos de Jacinto Muñoz (Río Cuarto, Córdoba, 1983), Martín Marro (Córdoba, 1975) y Aylén Bartolino Luna (Córdoba, 1992) y premió a Romina Castiñeira (Córdoba, 1985) para producir “Zona Virtual”, obra que pasó a formar parte de la colección provincial y de la colección del Museo Caraffa, uno de los museos más importantes del país.

El arte se manifiesta en múltiples formas, creaciones, intervenciones y abstracciones. El color se expresa a través de estas obras, vibrante y desafiante, con identidad propia y un mensaje claro que el artista imprime de manera única. Pinturas Colorín,  se enorgullece en haber acompañado el proceso creativo de esta referente provincial y aportó diversos productos para la realización de su obra, de su visión plasmada en el plano real.

Con una trayectoria que se remonta a más de 70 años dedicados a la fabricación y distribución de pinturas para el hogar, obra y automotor, Colorín -ahora parte de Grupo Disal- apoya la creación artística, el arte en sus más variadas formas y acompaña a quienes ven en el color una forma de expresarse. En esta oportunidad, entregando toda la pintura que fue necesaria para plasmar su obra.

Zona virtual es un proyecto diseñado por ella y pensado específicamente para el patio del Museo Caraffa. Se creó para ese contexto y en función del uso que se da a ese lugar. Asimismo, se considera una oportunidad para producir una obra en el espacio público. Sobre todo, porque Romina se interesa por la espacialidad y la experiencia sensorial de quienes vivencian la obra. Es como una escenografía urbana, comprendiendo esto como los espacios que las personas habitan.

“Desde 2012 estoy estudiando y produciendo esculturas que son espacios para ser vividos, imaginándolos como un lugar de encuentro y en ocasiones como sitios de referencia. Decidí observar cómo funciona el espacio vacío en las esculturas. ¿Dónde contienen espacio vacío las esculturas? ¿Adentro o afuera?”, sostiene la artista.

El proyecto se propone como una sugerencia inconclusa de líneas en el paisaje, permitiendo la libre circulación y exacerbando la condición espacial del adentro y del afuera para que las personas tengan una experiencia interior-exterior. También explora lógicas arquitectónicas ya que es un espacio habitable. Genera una cierta condición de cobijo, de límite, de estar adentro-afuera y de habitabilidad.

La obra también trabaja sobre otros principios como la natural tendencia de la percepción humana a completar formas, ya que en rigor la obra no es un cubo sino partes de él. “De manera física recrea una geometría dispuesta en el espacio típica de las construcciones virtuales características de los proyectos arquitectónicos. Es el espacio virtual hecho analógico. Como un dibujo virtual que define el espacio”, agrega la artista.

 

Galería de imágenes

Fuente: arquimaster.com.ar, colorin.com y museocaraffa.org.ar

Fotografía: Gonzalo Viramonte (cortesía de Romina Castiñeira)